jueves, 17 de mayo de 2012

Del Bankia-rato al Bankia-malo

El tiempo transcurrido desde que Rodrigo Rato se hizo cargo de la Presidencia de Bankia, hasta su destitución la semana pasada, y la solicitud de nacionalización de su nuevo Presidente, José Ignacio Goirigolzarri, podríamos calificarlo de un tiempo perdido.

Vuelta a ponernos colorados ante Merkel, ante Europa, cuando hemos tenido tiempo de ponernos rojos y de enmendar los errores que nos vienen echando en cara.

No deja de ser paradójico que el PP pariera Bankia en 2009 fusionando Caja Madrid y Bancaja, buques insignia de las Comunidades gobernadas entonces por Esperanza Aguirre y Francisco Camps, respectivamente, y bajo los auspicios de la sede central del PP en Génova con la bendición de Mariano Rajoy.

¿Por qué Deloitte dio entonces su visto bueno y ahora recula? ¿No era tan mala la unión de estos dos colosos del ladrillo en 2009 como lo es ahora?

Esto empieza a ser como el naufragio del Titanic, primero es imposible que un gigante tal naufrague, tras el choque se niega la evidencia, cuando se admite el accidente se infravaloran los daños, y cuando no queda otra, se abandona el barco al grito de mujeres y niños primero, mientras la orquesta sigue tocando estoicamente en cubierta hasta que inevitablemente el buque se hunde.

Ahora la pregunta es qué va a ser de una entidad cuyo objetivo principal hasta ayer mismo era el beneficio, una vez que el Estado asume el control y el objetivo primordial pasa a ser velar por el interés común, esto es, reflotar Bankia hasta hacer viable su venta.


Como bien decía el pasado domingo nuestro admirado Javier Marías en su artículo de El País Semanal, para qué tanta urgencia, para qué tanta ansia en llegar al poder, si al final Rajoy es el mismo títere en manos de los mercados y/o Europa que lo fue Zapatero, y todo lo hace a regañadientes, porque es lo que hay que hacer para salvar a España del desastre y/o la intervención.



Personalmente, entiendo la ironía de Serrat y Sabina, entre Todo Llegará de Rebeca Jiménez y Un Pokito de Rocanrol de Bebe, sin embargo, el brindis de Rato cuando la salida a Bolsa de Bankia el año pasado, me recuerda a Gene Hackman, bien en El Último Golpe, bien en Bajo Sospecha, con la diferencia de que si hay alguna femme fatale que buscar, ésta no será nuestra adorada Mónica Bellucci, ni podremos contar con Uma Thurman para vengar este agravio a lo Hamlet.

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