miércoles, 25 de abril de 2012

Hamlet, Príncipe de Dinamarca y Dr. en Economía

En Hamlet de Shakespeare destaca la venganza como motor de la reacción de Hamlet, quien pierde a su padre y ve cómo su madre viuda se casa con su tío tras los funerales y exequias por el rey muerto. Entonces Hamlet se refugia en sí mismo y se muestra melancólico, indolente y medio loco tras el cascarón que se fabrica a medida de su incomprensión de la realidad que le rodea y de la impotencia sobrevenida para afrontar cualquier acción que repare la afrenta sufrida.

El príncipe Hamlet, tensionado por la situación excepcional que padece, y ante la visión del fantasma de su padre que le empuja a obrar y cometer venganza contra su tío y nuevo rey, cae en un estado de postración y reflexiva introversión, y esa misma pasividad es la que le corroe y hace que haya obra de arte como tal, pues de haber vengado la muerte de su padre como le pedía la sombra, la obra se habría acabado a las primeras de cambio.

El teatro dentro del teatro, para confirmar las sospechas infundidas por la sombra / fantasma de su padre, es una obra de arte en sí misma. Shakespeare precipita el desenlace de una manera muy propia y característica del teatro isabelino del siglo XVII, no dejando títere con cabeza, muere hasta el apuntador, empezando por la propia querida / prometida de Hamlet, Ofelia. Recientemente, he visto una versión de guiñol de este clásico y al final de la obra, los marionetistas postraban sobre una mesa sus títeres, y prácticamente todos habían muerto en el transcurso de la representación.

La misma falta de iniciativa que paraliza a Hamlet es lo que nos asola como país, pues nuestras clases medias, en lugar de emprendedores, son gestores, tecnócratas, bancarios y funcionarios, dejando el asunto de la creación de empresas a auténticos aventureros o bien trabajadores cuya única alternativa de supervivencia ha sido, precisamente, ponerse por su cuenta y montar su propio negocio, aun sin estar técnicamente preparados para ello. Esto es, la tensión, sea esta de vida / amorosa / eros o bien de muerte / venganza / tánatos, es origen y fuente de cualquier obra humana, sea esta artística o no, pues de una sociedad donde toda necesidad se resuelve y sacia con inmediatez, no se puede esperar que en ella germine y madure la creatividad / investigación /  innovación. Al final, hasta Hamlet traza un plan para vengar a su padre muerto, y nosotros, ¿qué proyecto de país tenemos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario