viernes, 14 de septiembre de 2012

Primera Plana versus A Sangre Fría

Me preguntan por mis razones para hacer el Máster de Periodismo Multimedia de EL CORREO, y yo me remitiría a la película Primera Plana del genial director de cine Billy Wilder, con Jack Lemmon y Walter Matthau como pareja protagonista. En Primera Plana se concitan, en mi opinión, las virtudes y defectos de la profesión, gracias a los contrastes y claroscuros propios del género de la comedia.

Porque sentir el vértigo de ser testigo de excepción de un suceso, espectáculo, actuación, para luego contarlo, forma parte de mi manera de ser y estar en el mundo. Porque compartir el deleite que me provoca la escucha de un disco, la visión de una película o la lectura de un libro, desde la razón y la emoción, se me antoja una pasión y un placer en sí mismos. ¿Acaso no es parte de nuestra naturaleza más íntima, vivir para contarlo?

Siguiendo con el género periodístico, éste ha traspasado fronteras, y en novelas como A Sangre Fría de Truman Capote, se transmuta en ficción literaria.

Si bien, si aceptamos como ciertos los hechos que se recogen en uno de los biopics cinematográficos de la pasada década sobre Capote -en concreto, Infamous / Historia de un Crimen, pues aún no he tenido ocasión de ver la película de Phillip Seymour Hoffman-, los métodos del novelista para recabar información, así como la decisión de retrasar la publicación del libro hasta que la ejecución de los culpables del salvaje crimen diese un final coherente a su obra, distan mucho de ser actuaciones ajustadas al código deontológico del periodismo.

Siguiendo con Infamous / Historia de un Crimen, una de las tesis en las que se basa la biografía original, es el agotamiento emocional que le supuso a Capote la gestación, escritura y publicación de A Sangre Fría, hasta el punto de acabar prácticamente con la persona de Truman Capote, y dejar exhausto al escritor Capote, quien a partir de entonces apenas entregaría libros reseñables a la imprenta, salvo honrosas excepciones, como Música para Camaleones.

En otro orden de cosas, Good Night, and Good Luck / Buenas Noches, y Buena Suerte, es una extraordinaria inmersión en el interior de una redacción en los primeros años de la televisión, coincidiendo con la malhadada Caza de Brujas del Senador Republicano Joseph McCarthy contra el Comunismo en los Estados Unidos de mediados del siglo pasado.

Dirigida, co-escrita y protagonizada por George Clooney, es el actor David Strathairn, sin embargo, quien lleva el peso de la película. Por otra parte, el blanco y negro, lejos de hacerse pesado, dota de elegante presencia, verosimilitud y cercanía a estos periodistas, aparte de resultar excelente para los conciliábulos en interiores cargados de humo.

¿Precursores, tal vez, de los publicistas de la serie televisiva Mad Men?

Entre los ejemplos cercanos de periodismo escrito que admiro y quisiera tener como modelos, se encuentran firmas como Manuel Vicent, Javier Marías, Juan José Millás, Antonio Muñoz Molina, Almudena Grandes, Javier Cercas, Miguel González San Martín, Pedro Ugarte y Jon Mugika. En todos ellos, se aúnan una capacidad analítica y crítica importante, junto con una opinión bien informada, así como un enfoque novedoso e imaginativo de los temas que tratan, fruto, quizás, de su común cultivo de la literatura.

También soy un apasionado melómano, con especial predilección por la música rock, y disfruto con las críticas de Óscar Cubillo y otros periodistas de revistas especializadas como el Ruta 66, con Ignacio Juliá y Jaime Gonzalo a la cabeza, y Rockdelux, con Rafa Cervera. En lo concerniente a mi área de formación universitaria, la Economía, me siento cercano a los análisis de Ignacio Marco Gardoqui y Ana Barandiarán, y también sigo habitualmente los artículos de los Premios Nobel Joseph Stiglitz y Paul Krugman.

Para acabar, en 1996 fui seleccionado para el Máster de EL CORREO pero, por circunstancias personales, rehusé a mi plaza. Me había eternizado en la Carrera de Económicas y Empresariales, primero en Deusto, más tarde en Sarriko, y decidí que ya era hora de incorporarme al mundo laboral, máxime cuando tenía un puesto de profesor esperándome. Desde entonces, la vida me ha llevado por otros derroteros profesionales, en el ámbito de Comercial de las Tecnologías de la Información, pero debido a un parón forzoso por la crisis, quisiera aprovechar el necesario reciclaje para darme una segunda oportunidad con el Periodismo.

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