viernes, 10 de agosto de 2012

No me Pidas Amor de Alex y Christina

En este verano loco, loco verano, las piscinas se llenan de niñ@s saltando a lo bomba, y de madres tendidas al sol. El amor, sin embargo, se torna resbaladizo por el sudor, y las altas temperaturas fríen los sesos incluso de los más pudientes y confunden sus sentidos, que nada parecen saber de cariño y dulzura, de romanticismo y sensualidad.

Antes bien, el sexo de pago prolifera en bares de carretera y polígonos apartados, donde las profesionales ejercen a la vista de cualquier transeúnte y hay quien por un ajuste de cuentas denuncia el desliz del cliente a quien le pueda interesar, en ocasiones su señora / mujer.

Ahora que está de moda el sadomasoquismo blando por la serie de libros de E.L. James, parece que hemos cambiado el amor por el sexo, pero nada más lejos de la realidad, pues donde decimos amor, seguimos traduciendo confianza y fidelidad, más allá del sexo, si bien habrá quien se aventure a poner el límite de su paciencia a la lealtad del compromiso en las revistas / películas para adultos, quien en los teléfonos y chats pornográficos, quien en el sexo profesional, quien en las relaciones sentimentales fuera de la pareja ...

Lo definitivo, en fin, es la complicidad dentro de la pareja, la comprensión mutua de los errores ajenos, la esperanza depositada en la capacidad de mejora del otro, y la creencia, tan poco extendida, en que las personas podemos cambiar. La inconsistencia de las pruebas de la infidelidad suelen generar dudas y transmitir inseguridad en quien debe tomar la decisión de seguir con la relación o bien darla por concluida y acabada. Por ahí es por donde los celos encuentran terreno abonado para crecer y expandirse a capricho, sin que los datos objetivos y una realidad a nuestra medida nos disuadan de lo desmedido de nuestra desconfianza.


Por último, se me olvidaba hablar de la ironía encerrada en la canción No me Pidasz Amor de Alex y Christina -sí, mi admirada, Christina Rosenvinge. Entre una puesta en escena de vientos y coros de pega, a Christina se le ha acabado el amor, y prefiere poner el énfasis de la relación con su amigo / pareja en otros términos menos difusos, más realistas, si cabe. Eran los tiempos de la post-movida ochentera pero, al parecer, todo vuelve.

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