Carvalho es un antihéroe a la altura del Sam Spade de Dashiell Hammett o del Philip Marlowe de Raymond Chandler.
Gallego de nacimiento y catalán de adopción, ex-agente de la CIA y detective privado poco apreciado por la bofia, Carvalho es, además, un reputado gourmet a quien gusta disfrutar de la buena mesa, regada por buenos vinos y rematada por excelsos caliqueños.
La novia de Carvalho es una prostituta selectiva que responde al nombre de Charo, y el inefable Biscuter es su ayudante y compañero de fatigas.
En la Soledad del Manager, Carvalho se enfrenta a un peculiar caso en el que un reputado y conocido alto representante de una multinacional norteamericana en Cataluña aparece muerto con unas bragas en el bolsillo.
Todo apunta a que se trata de un ajuste de cuentas por un lío de faldas, pero la viuda no acaba de creérselo y contrata los servicios de Carvalho, quien llevará el caso hasta sus últimas consecuencias, pese a quien pese y caiga quien caiga.
La novela está ambientada en plena transición española, con los últimos coletazos de las carreras por las Ramblas delante de la policía.
Aunque Eusebio Poncela fue seguramente el Pepe Carvalho más carismático en su versión televisiva, sería Juanjo Puigcorbé quien protagonizase La Soledad del Manager en la pequeña pantalla.
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