lunes, 16 de abril de 2012

Blood on the Tracks de Bob Dylan (Cara A)

Podría haberlo dicho nuestro querido Andrés Calamaro, Blood on the Tracks es la Biblia de Bob Dylan y un muy buen disco para iniciarse en la religión del Bardo de Duluth / Minnessota.

Tangled up in Blue es un difícil ejercicio de grabación acústica, ya que la dirección musical marcada por la guitarra de Dylan parece ir a contrapunto de la entonación de su voz, con el resto de la banda un poco a rebufo, como si le faltasen revoluciones.

Lo que en el estribillo y en el recitado de Bob es un intento de atrapar la tristeza en su sentido más melancólico, resulta en el texto una especie de novela río de un tipo que, para nada, se puede quejar de lo que hasta entonces ha sido su vida, por no hablar de la saltarina, campestre melodía, de una belleza que duele. Esto es, pura paradoja dylaniana, tomando la distancia justa de su dolor por la separación de su amor que, por otra parte, resulta creíble y convincente.

Personalmente, me parece una apuesta arriesgada como comienzo del disco. En su versión en vinilo hubo muchas ocasiones en que me saltaba Tangled up in Blue para empezar, y en la versión en CD habitualmente programo su escucha en una posición intermedia, nunca la primera.

Quizás la clave de esta extrañeza mía, nos la de Clinton Heylin en su muy recomendable biografía sobre Dylan, Behind the Shades Revisited, cuando detalla que esta colección de canciones están interpretadas con la afinación abierta en D / Re, más habitual en la Slide Guitar, que dota a la guitarra acústica de un sonido pleno y vibrante, y permite una rica y variada combinación de tríadas en el acompañamiento solista.

Respecto al texto, en su biografía con mayúsculas sobre Dylan, Down the Highway, Howard Sounes comenta que detalles de la segunda estrofa como, "she was married when we first met, soon to be divorced", hacen referencia explícita a su primer encuentro con quien sería su esposa, Sara Lownds, y de quien se había distanciado en la época de Blood on the Tracks.

Al parecer, la primera línea de la cuarta estrofa, she was working in a topless place, también se refiere a Sara Lownds, pues recién llegada a Nueva York en 1960, trabajó de conejita en el Playboy Club. Si bien el encuentro del cantante con ella allí es fabulado, pues hacía tiempo que Sara estaba casada, había tomado el apellido de su marido y tenía una niña de pocos años cuando ella y Bob empezaron su aventura.

Simple Twist of Fate es, sin duda, mi canción preferida del álbum, y está entre las canciones que más me gustan de Dylan. En mi opinión, la conjunción de forma y contenido, junto con su sentido musical y la proyección de la voz de Bob, hacen de este número una colosal obra maestra. Un claro ejemplo de perfecta conjunción entre fondo y forma.

¿Y qué nos encontramos detrás de tantas aclamaciones y admiraciones? Pues muy sencillo, una balada de amor roto, de pareja que se separa, pero contado con una pena y desesperanza que nos hacen sensibilizarnos y empatizar con el narrador, básicamente porque no hay reproches y sí, sin embargo, un lenguaje poético de primera magnitud.


El fraseo de Bob es idóneo, como si fuese un trovador que cuenta una historia ajena, hasta que en un giro inesperado el cantante nos desvela que, en realidad, es él quien protagoniza la letra, y nos entra una congoja inmensa.

You´re a Big Girl Now es junto a la siguiente, Idiot Wind, un claro ajuste de cuentas con su aún esposa por entonces, Sara Lownds.

En la primera, Dylan escarba en una ironía hasta cierto punto misógina, en la que ya se había graduado con nota a mediados de los años 60, sobre todo en su Blonde on Blonde. Mientras que Idiot Wind, siguiendo esa línea de pelea / reproche a la pareja / expareja, tiene más similitudes con el vómito de Like a Rolling Stone.

You´re Gonna Make Me Lonesome when You Go es un descanso a pelo con la guitarra y en clave de folk-blues, a tanta mala leche vertida en las dos anteriores, y retoma el tono de agradecimiento y buen recuerdo por los tiempos compartidos ante el abandono de una relación que nos remite a Simple Twist of Fate.


Curiosamente, Clinton Heylin nos explica que Simple Twist of Fate se remonta en el recuerdo a su relación con Suze Rotolo, su novia de la época folk en los primeros 60s, mientras que You´re Gonna Make Me Lonesome when You Go tiene referencias que apuntan a su relación con Ellen Bernstein, una ejecutiva de Columbia Records, durante la gestación y grabación de Blood on the Tracks.


Sangre en la carretera, sangre en las pistas de las cintas grabadas para este disco. Lo que nuestro admirado Andrés Calamaro calificaría, no sin facundia, de Honestidad Brutal.

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